Instrucciones para
criar a una hija
La
mayor dicha en la vida es ver nacer a tu hija, tu princesita. Pero, el criarla
inicia desde que está en el útero de mamá, ahí ya debes demostrarle tu amor,
acaricia su pancita para que sienta tu ternura, háblale para que se familiarice
con tu voz, escuchen música, lee para ella; así formarán un laso sólido y
fuerte.
Al
nacer debes ser de los primeros en mirar su tierna carita, dale la bienvenida a
este mundo y dile que la protegerás, que no tiene de qué preocuparse porque
siempre estarás para ella. Dale su biberón, cámbiale el pañal, báñala, arrópala
y arrúllala para dormir; si se siente incómoda por la noche hazle saber que
velas sus sueños. Platica siempre con ella para que conozca tu voz, ayúdala a
dar sus primeros pasos, léele sus primeros cuentos, dale siempre el beso de
buenas noches.
Aunque
llegues cansado del trabajo, juega con ella al avioncito, cárgala en tus
piernas, abrázala; esos momentos le ayudarán a desarrollar su confianza, su
carácter, su ánimo. Llévala al parque para subir a los columpios y jugar
pelota, enséñale desde ya que puede ser capaz de hacer lo que desee. Juega muñecas
con ella, a la doctora, al astronauta, a que es piloto o maestra, muéstrale
diferentes posibilidades, diferentes caminos.
Acompáñala
a la escuela las veces que sean necesario, no importa si llora pues es parte de
crecer. Enséñale a ser responsable con sus tareas, a pedir ayuda cuando lo
necesite y a ayudar al necesitado, a platicar con sus compañeritos de la
escuela con igualdad, a que debe poner en práctica buenos hábitos de cortesía
sin importar quien sea y también lo importante que es amar a tu prójimo. Sigue
abrazándola y demostrándole tu amor de padre.
Enséñale
con el ejemplo que los hombres no deben tratar mal, ofender o dañar a las
mujeres. A que tú, aparte de ser su padre, eres su amigo y la apoyarán en cada
momento, que puede platicar contigo de cualquier tema porque tú sabrás ser
paciente y comprenderla. Platícale de los cambios que viven las mujeres, dile
que es normal y que eso significa que está creciendo sana, que no se asuste por
ello. Dile que, así como ha cuidado de su cuerpo, lo siga haciendo porque es un
templo.
Dale confianza para que, llegado el momento, tenga la confianza de platicar sobre el jovencito que causa revoloteos en su estómago, enséñale que hay muchas formas de amar, pero que el amor verdadero es desinteresado, procura el respeto y bienestar de la persona amada, que sea precavida y juiciosa. Además, que no se adelante porque llegado el momento y circunstancias adecuadas, ella tendrá sus propias experiencias de vida y dile que cada decisión tiene su consecuencia. Llámale la atención cuando sea necesario, que como padre amoroso la corriges para que tenga una vida digna de una princesita, hija de un Padre Celestial. Sigue demostrándole tu amor de padre.
Tenle
mucha paciencia y pide al Padre Celestial su guía cuando sea jovencita, es una etapa en
la que establecen su personalidad, en la que la sociedad tiene mucha influencia
en ella. Conoce a sus amigos y oriéntala para que sea firme con sus principios,
invítala a tomar las mejores decisiones tomando en cuenta valores, enseñanzas y
las consecuencias en el futuro.
Dale
cierto espacio para que aprenda a ser independiente, pero no la abandones, no
la dejes a su suerte. Porque sin importar que diga que ya es grande, que ya
puede sola; en realidad te necesita, necesita saber que aún puede contar
contigo, que tú la ayudaras a levantarse cuando caiga, que la sostendrás y que
luego de cometer errores aún puede reivindicarse y ser mejor persona. Y sigue
abrazándola y amándola, como tu princesita.
Enséñale
a luchar por sus sueños, a esforzarse por construir su felicidad sin pisotear a
nadie. A cumplir sus metas porque poco a poco puede lograr lo que se proponga.
Enséñale el trabajo arduo, a poner en práctica el compañerismo, a tener
iniciativa, a ayudar en casa sin importar lo ocupada o cansada que esté, porque
así contribuirá con una familia unida llena de amor.
Llegado
el momento acompáñala en el camino de elegir correctamente y conocer a su
pareja, al futuro padre de sus hijas. Entrégala en el altar, llora si así lo necesitas,
pero, asegúrate de hacerle saber que aún es la princesita de papá y que siempre
puede contar contigo. Ámala eternamente.
Autora: Sandy Mileny Abigaíl
Ventura López.
“A todos los papás del
mundo que tienen
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